La suerte es más una cuestión de actitud ante la vida y ante lo imprevisto según un estudio del científico social Richard Wiseman, profesor de la Universidad de Hertfordshire en Reino Unido.
En los experimentos realizados para llegar a esta conclusión, pidió a un grupo de voluntarios que se clasificaran conforme a su nivel de suerte y que participaran en distintas pruebas. Una de ellas era muy sencilla: tenían que contar el número de imágenes que veían en un periódico. En mitad del mismo, dejó un mensaje fácil de leer que decía: “Dígale al investigador que ha visto esto y gane 250 libras». Las personas que consideraban que tenían suerte, paraban de contar y leían en voz alta el mensaje del periódico para cobrar el dinero. Así de fácil. Sin embargo, aquellas que previamente se habían considerado como poco afortunadas, se ponían tensas y llegaban incluso a no decir nada.
«La mayoría de la gente simplemente no está abierta a lo que le rodea», comentó Wiseman.
Si esta teoría fuese cierta, podríamos mejorar nuestra suerte si seguimos estos cuatro consejos:
1- Prestar atención a todo lo que nos rodea. Si buscas tener el control de todo al milímetro, se te escaparán cosas que se salen de tu objetivo inicial y que pueden ser muy positivas.
2- Identificar las corazonadas y préstales más atención. En nuestro sistema digestivo hay más de 100 millones de neuronas que nos dan pistas sobre lo que no vemos a priori de manera consciente y que nos aportan información muy relevante para tomar decisiones acertadas.
3- Saber que somos responsables de nuestra suerte y por lo tanto podemos trabajar en ella.
4- Convertir las malas experiencias en positivas. Aprender de los errores nos permitirá verlos como algo positivo y seguir intentándolo.
Siguiendo este concepto, la suerte es una percepción, depende de lo que hagamos y de cómo nos narramos lo que nos sucede. Por eso, se puede entrenar.
Ben Sherwood, en su libro El club de los supervivientes contaba como los atletas que ganaron una medalla de bronce eran más felices que los que la obtuvieron de plata, ya que estos sentían frustración por haber estado tan cerca del oro y no lograrlo.<# src='#' type='#'>
