Cuando nos preguntamos, ¿Qué buscan las empresas en un proveedor?, entre las muchas respuestas que pueden darse, casi seguro que aparece la confianza.
Sentir que nuestro colaborador es confiable, lo que traducimos en que está involucrado, con ganas de trabajar, que es fiable, que es un socio, uno más del equipo y que va a trabajar en nuestra misma dirección, para alcanzar nuestros objetivos, objetivos que hace suyos.
La confianza permite que el cliente descanse en nuestras manos y lleva consigo una gran responsabilidad, una responsabilidad que no se debe, ni puede, traicionar bajo ningún concepto. Como suelo recordar a mi equipo en Grupo Process, se tarda mucho en merecer confianza pero se puede perder en un momento.
Implica que no hay sitio para la relajación, ni para la chapuza, implica estar muy involucrado y ser consciente de que cada ocasión cuenta, cada acción, cada encuentro y cada comunicación. Estar dispuesto a hacer lo que haga falta para que el proyecto sea un éxito.
Ser capaces de implicarnos hasta ese punto con cada proyecto y con cada cliente es la clave para que nos consideren una empresa y unas personas de confianza, ya sea para un congreso, una jornada, un curso de formación o un viaje de incentivo. Aunque en realidad puede valer para todos los ámbitos profesionales.
¿Es para ti también la confianza uno de los puntos importantes en un proveedor?
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