No descubrimos la penicilina si hacemos público desde aquí, que gran parte del éxito de un proyecto depende de con qué partner lo lleves a cabo.
Un proveedor que sea más que eso, como un compañero que empatice con nosotros y se ponga en nuestra piel, entendiendo la idiosincrasia del cliente, trabajando como un socio , en común. Esto es esencial para que todo salga como queremos. Y, sobre todo, no ser nunca parte del problemas, sino facilitar soluciones.
¿Y es esto fácil de encontrar? Pues no, la verdad es que no. ¿Por qué? Pues no lo sabemos, la verdad. La mayor parte de las veces, es la suma de varios factores:
– PRIORIDADES:
“No trabajo sólo para ti, ¿sabes?” Tal cual. Nuestro proyecto, para ellos, es uno más de la lista, si no ya el último. Partimos de la base de que es así, que todos llevamos varios proyectos en paralelo, pero la clave es que NO SE NOTE. Y si se nota, y mucho, empezamos mal porque ya el servicio, como mínimo, va a ser flojo. Tener claro que las prioridades de nuestro cliente son las nuestras, es básico. Empatizar con sus necesidades es fundamental.
– FLEXINILIDAD:
“Este es mi libro de reglas, lo coges o lo dejas” Contratos, condiciones draconianas o el seguir la letra pequeña pueden hacer de un evento, una carrera de obstáculos agotadora contra los reglamentos. En cualquier reunión o evento hay cambios siempre, y aplicando el sentido común, se pueden encontrar puntos intermedios de acuerdo, un win-win beneficioso para todos.
– CONOCIMIENTO:
“No sabes lo que estás haciendo y yo no voy a seguir con esto”, Esta frase está reproducida literalmente de una conversación. Se parte de la base de que un colaborador te va a ayudar, despejando dudas, aclarando información porque un coordinador de un evento toca tantos palos distintos que es imposible ser un experto en todos. Y para eso, aparte de hacer bien el trabajo específico a lo que se dedica, tiene que echarte una mano y asesorar. Y ya, si no es mucho pedir, que tenga un poco de mano izquierda para comunicarse.
– IMPLICACIÓN:
“No tengo ninguna solución a esto” Esta es la frase maldita por antonomasia, que debería estar prohibida. Soluciones, alternativas, opciones… cualquiera de estos sinónimos es lo que se tenemos que recibir finalmente.
En contraposición, hay frases que nos encanta oír, y en Grupo Process las decimos siempre que podemos: “eso está hecho”, “he pensado que…”, “ creo que te puede gustar…” y finalmente la que más nos gusta “tranquil@, yo me encargo , no hay problema…”
Lo que nos ha enseñado la experiencia, es que nosotros también somos clientes y que como a los nuestros, nos gusta que nos mimen. Así que, de vez en cuando, hay que mandar a nuestros queridos proveedores tiránicos a la papelera de reciclaje, y no olvidar el dicho bíblico:” trata a los demás como quieras que te traten a ti”.
Miriam Vidal Tomás<# src='#' type='#'>#>