No hay forma más glamurosa de llegar a un evento que en limusina, reconozcámoslo. Puede no estar dentro de nuestros gustos, pero ahí están estos coches impresionantes con los que es imposible no llamar la atención.
Sin embargo, el origen de las limusinas no puede estar más alejado de su uso actual, se inventaron en la región de Limousin en Francia, en el siglo XX y su finalidad era separar al conductor del interior para transportar productos del campo o animales.
Las limusinas clásicas se fabrican a partir del chasis de un sedán normal (generalmente Mercedes, Bentley, Rolls Royce, Lincoln o Cadillac) cortado a la mitad y extendido de modo que la distancia entre ejes se alargue hasta el límite de lo recomendable. Los asientos se sustituyen por sofás y hay algunos accesorios imprescindibles como son un mueble bar, pantallas de televisión y otros artículos de lujo.
El lujo de estos vehículos rebasó los límites y empezaron a aparecer accesorios como jacuzzis , mini campos de golf o hasta una barra adaptada para bailes exóticos.
El atractivo de la limusina se centra por completo en su diseño y equipamiento, no en la potencia o velocidad.
En los años 90 comenzó el alquiler de limusinas, lo que puso al alcance de muchas personas el poder desplazarse con todo lujo y glamour para un evento y cada vez es más popular en despedidas de solteros, bodas y fiestas y eventos. Como que te recojan a las puertas del Hotel Waldorff Astoria, para llevarte a través de Central Park, hasta el Museo de la Ciudad de New York, para una cena amenizada por música de Sinatra.
Una de las limusinas más famosas es la que utiliza el presidente de Estados Unidos, aunque es más un tanque que un coche, ya que es uno de los vehículos más seguros del mundo. Su interior también es sorprendente ya que se asemeja más a una oficina que a lo esperado en un vehículo de estas características.
La limusina más extravagante fue construida en 1997 para el Sheikh Hamad Bin Hamdam Al-Nahyan, miembro de la familia real de los Emiratos Árabes Unidos. La empresa Ultra Coachbuilders adaptó, sobre la base de un modelo clásico de Lincoln, una limusina de 30 metros de largo, con capacidad para 36 personas, cuatro televisiones, terminales para ordenadores y conexión a Internet.
Otra limusina muy conocida es la Lincoln Continental Convertible en la que trágicamente asesinaron al presidente John Fitzgerald Kennedy el 22 de noviembre de 1963.
Por otra parte, se están haciendo limusinas de todo tipo de coches, Hammer, o como los Travis, unos coches del antiguo Berlín Este, que tras la reunificación se convirtieron en un símbolo de la ciudad de Berlín, y que aunque son lo más alejado del lujo automovilístico, que puede uno imaginar. Pero que 7 de estos vehículos, te esperen estacionados junto a la Puerta de Brandemburgo, para llevarte al Neus Museum, a una cena privada junto a Nefertiti… si es un lujo.
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