Reuniones donde el lujo es la sencillez
Las reuniones de trabajo o los viajes de incentivo están cambiando, acercándose más a la naturaleza y a una forma de vida más saludable y sencilla y por supuesto, más respetuosa con el medio ambiente.
En esa línea destaca como destino La Donaira, un hotel cortijo en la Serranía de Ronda creado por un empresario austriaco, que abandonó su alto cargo en una compañía de apuestas para montar un espacio de lujo ecológico y sostenible.
Un lugar tranquilo y sencillo, donde todo, desde los suelos de madera y losas hasta muebles hechos a mano y vistas espectaculares está naturalmente pensado y diseñado. También lujoso, aunque de manera discreta, fresca y contemporánea, con arte, libros, música y todas las comodidades de la tecnología, como la calefacción en suelo radiante, la iluminación de diseño y el spa con piscina infinita. Hay solo nueve habitaciones, siete de ellas suites y dos yurtas como las de los nómadas mongoles pero de avanzado diseño. No hay que esperar grandes lujos en las habitaciones, la mayoría muy espaciosas y con muebles antiguos o viejos.
En el cortijo se degustan productos cultivados en sus tierras y alimentos locales y ecológicos frescos de cosecha propia preparados por talentosos chefs, como el sueco Friedrick Andersson que se pasa la mañana recolectando los ingredientes para sus originales y minúsculas ensaladas. En buena compañía, con conversaciones alrededor de la mesa que comparten todos los huéspedes, que continúan hasta altas horas de la noche bajo cielos estrellados, tomando una copa de buen vino que también se elabora en el cortijo. Y si se tiene suerte, de vez en cuando se organiza una velada musical.
Pero no es el lujo lo que convierte a este lugar en único, de hecho hay hoteles más lujosos y mucho más baratos. Quien acuda a La Donaira debe hacerlo con el mismo espíritu que lo hizo su propietario.
En este retiro se puede realizar actividades como el senderismo o el ciclismo, montar a caballo o simplemente tumbarse junto a la piscina o relajarse en el spa. También hay actividades ecuestres diseñadas para jinetes principiantes y avanzados o se puede acceder a la doma natural con un simpático irlandés que se define como susurrador de caballos. Se pueden recolectar las verduras y hierbas para la ensalada en las huertas de cultivo ecológico y medicinal o los huevos que las gallinas han puesto unos minutos antes.
Incluso es posible hacer yoga con los caballos o meditación en una de las cuatro únicas camas de abejas que existen en el mundo, situadas sobre la propia colmena y mientras se escucha el susurro de las abejas entrando y saliendo de ella.
¿Qué ofrecen realmente las reuniones o los viajes de incentivo en este entorno? Volver a un modo de vida en desuso y vivir experiencias olvidadas, recuperar la vida tranquila y redescubrir el placer de los gustos sencillos. Eso es también lo que hacen las decenas de voluntarios de distintos países, expertos de todas las profesiones y condiciones sociales que traen un pensamiento fresco, nuevas ideas brillantes sobre mejores maneras de hacer las cosas en todas las áreas de la vida.
En La Donaira se aprende mucho del tiempo pausado de las abejas, caballos, gallinas y ovejas. Se descubren plantas con las que armonizar ensaladas, se escucha el silencio o el piar de los pájaros, pero sobre todo se vuelve a descubrir el placer de lo sencillo, de lo natural, de lo biológico , de lo auténtico… Eso para lo que creíamos que no teníamos tiempo y había desaparecido de nuestras vidas.