En los últimos tiempos, he viajado a destinos en los que he disfrutado de una excelente gastronomía y oferta cultural gracias a los eventos que organizamos en Grupo Process en Copenhague y Munich. Me encantaría compartir estos rincones especiales y estos momentos únicos contigo.
Si me pidieses que te recomendase un buen sitio para comer en Copenhague, no tendría duda en decirte que el Hotel D´Anglaterre podrás disfrutar de su restaurante Le Marchal y su ambiente relajado (aunque la plaza frente a la que se encuentra esté invadida por las obras del metro). Y si me preguntases por un sitio para almorzar y hacer unas compras de delicatessen en Munich, el elegido sería Käfer, donde puedes dejarte llevar por una lujuriosa oferta de lo mejor en gastronomía, desde panes, quesos y vinos a carne y chocolates…y en su segunda planta hay un restaurante con cocina vista en el que disfrutar de la decoración y de su ensalada con bogavante . Pero no hay que irse tan lejos, a veces podemos descubrir esos lugares mágicos en nuestra propia ciudad, en Madrid.
Terraza Palacio de Cibeles, Madrid.
Desde la terraza del Palacio de Cibeles, en un atardecer de junio con una copa de cava, contemplando las estupendas vistas, me comentaba un invitado, -“me siento como un guiri, no conocía este sitio y vivo en Madrid desde siempre”. La cotidianidad del trabajo, los niños, la rutina diaria y los sitios conocidos, nos alejan de descubrir lugares nuevos, y no tan nuevos, de una ciudad como Madrid, una ciudad con una oferta cambiante y muy interesante. Donde se mezcla los nuevos locales con clásicos que se perpetúan en el tiempo, fieles a su tradición y buen hacer. Como esas vistas desde el Palacio de Cibeles, hay otras experiencias que merece la pena disfrutar. Seguro que te has sentado en la terraza del Circulo de Bellas Artes, pero… ¿Sabías que por 3€ puedes subir a su azotea y descubrir sus vistas excepcionales? ¿Conoces el jardín de Cien Llaves en la esquina trasera de la Casa de América?.
El jardín de las cien llaves. Madrid
Madrid esconde muchos rincones especiales como la terraza de Café de Oriente, donde tomar el aperitivo sentado frente al Palacio Real o el jardín del Ritz, un oasis de descanso tras una visita al museo del Prado (que parece que solo tenemos tiempo para visitar los museos ajenos…) En fin, volver a nuestra ciudad, ayuda a mirarla con más interés y poder descubrirla, redescubrirla con ojos nuevos, con ojos de guiri.<# src='#' type='#'>
