A finales de enero murió Ingvar Kamprad, seguro que es un nombre que no te suena, pero si miras a tu alrededor tendrás algo comprado en el establecimiento que el fundó: IKEA.
Su propósito era mejorar la vida cotidiana de las personas en sus hogares y para ello creó tres principios básicos que revolucionarían la industria del mueble y la decoración: funcionalidad, diseño y precios accesibles.
“Hace mucho, mucho tiempo, decidimos que, en lugar de fabricar muebles para personas con las billeteras llenas, nos pondríamos de parte de la mayoría dándoles la oportunidad de tener una mejor vida cotidiana. Decidimos ofrecer una amplia gama de artículos para el hogar con buen diseño y funcionalidad, a precios tan bajos que la mayoría de la gente podía permitirse comprarlos”– Ingvar Kamprad.
Kamprad inició su negocio en 1943, con apenas 17 años, 10 coronas suecas y el aval de su tío Ernst. El nombre de la empresa surgió uniendo sus iniciales (IK) y las de la granja y el pueblo donde creció, Elmtaryd y Agunnaryd (EA). La idea inicial era vender por catálogo casi de todo, hasta que en 1948 comenzó a incluir muebles producidos por fabricantes locales.
El éxito de su primera selección de muebles: un sillón para hacer punto, un sofá y una mesa de centro, fue el germen de la actual multinacional.
La idea de vender los muebles sin montar surgió tras el boicot que le hicieron sus proveedores a mediados de la década de los 50 y que además le lanzó a convertirse en fabricante.
Las ideas de Kamprad fueron innovadoras en términos de producción, embalaje, distribución, pero quizás lo más revolucionario para su época fue centrar su atención en las necesidades de los clientes y no en el producto.
Cómo tenía claro que su empresa podía perder su identidad y su esencia, en 1976 Kamprand editó por primera vez “El testamento de un comerciante de muebles!, que recoge los nueve mandamientos que resumen la filosofía de IKEA.
En 1986 Kamprad dejó el mando de IKEA, aunque se mantuvo en el consejo directivo hasta 2013, cuando se retiró definitivamente. Sus sucesores en la dirección de la compañía han mantenido el rumbo trazado por el fundador, aunque adaptándose a las exigencias de los nuevos consumidores. La llegada de Marcus Ergman como Director de Diseño en 2012, por ejemplo, ha insuflado un nuevo aire a la multinacional, incorporando la moda a la oferta de productos y añadiendo a la trilogía fundacional de principios (diseño, funcionalidad y bajos precios), los de sostenibilidad y calidad.
¿Qué será de IKEA en los próximos años?<# src='#' type='#'>#>