Cocinar está de moda, como llevar barba o los vaqueros rotos, aunque sin duda es mucho más saludable y entretenido.
¿Por qué se está formando esta burbuja gastronómica? Sin duda los programas de televisión y los medios tienen mucha culpa, pero además, pensamos que se debe a un cambio social. Actualmente, muchas personas no cocinamos a diario, comemos en el trabajo y cenamos cualquier cosa rápida, como una ensalada, un sandwich o algo precocinado. Así que los fogones se han convertido en una forma de ocio, que nos permite desconectar de los problemas y que además reporta satisfacción y un gran reconocimiento por parte de los agasajados. Cocinar entretiene, motiva, divierte, además es relajante y muy gratificante.
Tiene un ritual, que comienza cuando te pones el delantal, y si está personalizado, como los que utilizamos en Process, perfecto. Da comienzo una actividad multisensorial, no solo manual, que nos acerca a nuestros orígenes, nos desafía y de la que es muy fácil salir airoso, sobre todo si el horno no entra en juego.
Cocinar implica, análisis, planificación e innovación, probando recetas nuevas, técnicas y acercándonos a culturas desconocidas y al mismo tiempo, nos hace recurrir a la experiencia, lo que nos permite mejorar recetas.
Cocinar juntos cohesiona equipos, mejora la toma de decisiones, despierta la creatividad y motiva.
Hemos organizado muchos cursos básicos de cocina y cursos temáticos como elaborar tapas, amasar pan, hacer sushi, realizar roscones… Y siempre hemos puesto sobre la mesa los mismos resultados: además de viandas apetecibles, la satisfacción de las personas que se divierten y mejoran tanto personal como profesionalmente.
En Grupo Process pensamos que todo lo que hacemos puede tener esos 3 ingredientes (los ingredientes del teambuilding). Basarse en esa emoción, experiencia e innovación, que las actividades de cocina en el teambuilding tienen. <# src='#' type='#'>
